En esta exposición, la práctica artística es re-imaginada como ritual, como medio de redención, o simplemente como una forma de dar sentido a lo que ha sido denominado una era ‘post-secular’.
Tomando en cuenta el potencial de la espiritualidad subjetiva, Fe para no creyentes parece observar que si lo personal es político, lo personal es también espiritual.
Registro de las piezas de Miguel Fernández presentadas durante la exhibición.
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